2) Amigos


Después de ese día,
mi vida cambió,
nunca más volví a ver el sol
de la misma manera,
la luna y las estrellas solo servían
para inventar nuevas constelaciones
formando su nombre:
“Luciana”.

En las pruebas del colegio
llegué a poner su nombre
en lugar del mío,
y creía que todos me llamaban así,
y no me importaba.

Siempre buscaba alguna excusa
para pasar por su casa,
coincidía cuando ella iba al parque,
y mis días más felices
fueron aquellas coincidencias,
esa forma diferente y exacta
de mirarla,
indescriptible sería la definición
de mis ojos al verla;
y es que el mundo no interesaba
cuando estaba con ella.

Fui su mejor amigo por años,
sin que ella lo supiera,
sin dirigirle una palabra,
sin confesar de alguna forma
lo que sentía.

Y es que cuando encuentras un ángel
no sabes qué decirle;
solo admiras su perfección,
solo rezas por ella cada noche,
porque algo en tu interior,
te dice que es inalcanzable.

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