Agonía



Frío pasado, clavas mis entrañas
en una luz fugaz e incandescente,
atravesé montañas
para buscar mi amor adolescente.
Cristal frágil y magro:
¡Sólo habitas mi mente!
Me mantuve esperando ese milagro,
pero nunca llegó,
aunque cobijé entre dedos la arena
cual ceniza voló
bajo el radiante sol de mi existencia.
Fatídica apariencia.

Inventé mi universo
cambiando mi propia naturaleza,
secando la tristeza
de mi pasado cruel, duro y perverso.
Sonreí, al fin y al cabo la vida
repondrá mi camino.
Reinicié la partida
y divisé la luz de mi destino.

Opaqué mi pasado,
mantuve mi presente enamorado
de una ilusión banal,
dejaron mi corazón destrozado
con un punto final.

Repudio desde entonces mi creencia,
rechazo mis recuerdos, los maldigo;
abyecta compasión de un enemigo
que ríe de tu mísera paciencia.
Nostalgia de mendigo
será la tempestad de mi conciencia.

Esta desolación, esta agonía,
este cariño triste;
¿son algo que no existe
o son felicidad con ironía?

Lo triste de mi historia
recorre como lágrima infinita,
porque el calvario, más que la memoria,
es la profecía que no está escrita.
Y contra mi pesar
me volví a enamorar.

Lamento y aborrezco mi inconsciente
por no poder callar
el canto de serpiente
que nadie quiso interpretar.

Angustia y soledad es mi poema...
Ansío conocerte
y aunque espero la muerte
quiero amarte. Aunque mi corazón tema
confiaré sólo en ti
y en tu vacío oscuro,
contigo junto a mí,
pondré pasado, presente y futuro.

2 comentarios:

Mily dijo...

dedicas tus poemas a muchas mujeres.
menos a mi?
ves que realmente no te intereso?

Jenofonte Perez dijo...

uy, que es esto. lo siento, no sé cómo llegué aquí.