Intensa fue la noche cuando tu amor
abriste
para el cariño terco que tanto te ofrecí,
una esperanza entonces solamente me
diste,
e, incauto de promesas, ninguna la
cumplí.
Salvajes e indecisos le dimos rienda
suelta
a nuestra fantasía y tu imaginación,
aquella perfección de tu figura esbelta
robaron para siempre mi oscuro corazón.
Alguna vez recuerdas que al observar el
cielo,
formaba con las nubes figuras para vos,
y que traviesas manos discurran por tu
pelo
buscando en las caricias un mundo para
dos.
Bastardos los problemas que consumen la
vida,
porque a un amor sin freno le quitan
frenesí.
Amargo, mi pasado, marcó la despedida
de la prohibida fruta que en tu boca
comí.
Echada está la suerte: “debemos
separarlos”.
Un día, de repente, nos vimos por azar,
y a todos mis instintos tuve que
encarcelarlos,
¡evitar los impulsos de volverte a besar!
Loca magia maldita. Triste y fría laguna.
¡Este amante cobarde tiene miedo a la
luz!
Es por eso, de noche, te comparo a la
luna
y te llevo en mi alma como Cristo en la
cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario