Ribera


Vuelvo a divisar tus ojos,
siento mi pasión nocturna,
este deseo
poco a poco te recuerda,
las nubes pasan,
soy parte del ocaso;
quiero sembrar tu noche,
quiero sentirte,
quiero tu cariño,
poco a poco
empieza a llover arena.
Mis lágrimas suenan tristes
y más aún sin ti,
cada gota es el mar
y tengo sed de mí:
extraño lo que era
pero prefiero escribir.

Estoy solo,
me siento
un océano
con límites, sin profundidad.
¿Qué poeta?
¿Qué sensible?
Sólo estoy perplejo-
¡No existiría poesía
si dejas de ser mi verso!
No habría luz de estrellas
sin tu recóndito universo.
No habría... no habría
ni luciérnagas, ni espectros
si no irradias mi sombra
con tu ajeno pensamiento.

No sé si estoy en el centro
del mar o del cielo.
Debajo y sobre: azul.
Sin pasado, ni mañana.
Soy tu guardián
cuando otro es tu ángel.
Ni el mejor, ni el peor;
un mediocre sin broquel.
Soy la indiferencia...
Soy un simple papel
que miras,
lees

y no sabes entender.

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