Soledad y penumbra me envolvieron
por años, donde amor por fin buscaba,
y al final la tristeza me esperaba
para cerrar heridas que me hicieron.
Amor y desamor en el recuerdo,
pena fatal que siempre me acompaña,
eterno laberinto en que me pierdo
tejiendo hilos mortales como araña.
No volví a ver la luz de la esperanza,
en ojos, ni en miradas que me vieron,
tal vez como un chispazo se perdieron,
Desde entonces andaba resignado
a mendigar cariño de la gente,
tratando de ocultarme del pasado,
fingiendo una sonrisa, de repente.
Rápido el tiempo muestra su ironía,
y entonces... conocí mi alma gemela,
que de este amor me descongela
llenando el corazón con alegría.
Intensas y fugaces son las horas,
me siento otra persona en su delante,
esclavo de pasión por lo que añoras
haciéndola mi eterna gobernante.
Triste y feliz, concluyo mi condena,
dejando atrás lamentos y rencores,
todo lo que aprendí de mis errores
¡lograron terminar mi cuarentena!
A veces el final marca el comienzo,
si puedes superar antiguos daños,
eres la inspiración en este lienzo
que quiere festejar tus treinta
años.
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